En cada semilla guardamos una promesa, un pacto silencioso con la tierra que une el legado de nuestros abuelos con el futuro que podemos tocar y sembrar hoy. Cada grano es un tesoro diminuto, un acto de resistencia y esperanza contiene la cosecha, el color y el sabor de manaña. Al protegerlas, honramos nuestra memoria y asumismos la responsabilidad de construir el porvenir, asegurando que la riqueza de nuesta tierra se manifieste en bienestar, autonomía y alegría para las generaciones que nos seguirán.

Fomentar viveros y huertos de traspatio para repoblar con especies nativas y reducir la presión ambiental..

Asegurar el aprovechamiento racional y sostenible de los recursos naturales en la comunidad.

Establecer acuerdos para la protección de los cultivos de consumo básico y las semillas locales.

Vigilar el uso de recursos en las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC).